Caminar por Brujas es caminar por una ciudad de cuento, y pocas experiencias son comparables a pasearla o navegarla hacia Minnewater, el lago del amor. Por el camino, atravesamos sus mágicos canales y contemplamos sus edificios góticos, sus agudos pináculos rasgando las nubes del crepúsculo, sus ventanas ojivales iluminadas reflejando luces amortiguadas en las negras aguas de sus canales.

Minnewater (que en neerlandés tiene una traducción tan prosaica como “agua comunal”) fue en su momento el antiguo puerto de la ciudad, hoy surcado por cisnes en lugar de por barcos gracias a una vieja leyenda que cuenta como el emperador Maximiliano condenó a los habitantes de Brujas a llenar de cisnes los canales y lagos de la población en honor de su amigo Pieter Lanchals (apellido que en neeerlandes significa , precisamente, “cuello largo”), gobernador de la ciudad y decapitado por los habitantes de Brujas al querer subir los impuestos.

Pero cuando contemplamos este lago no podemos pensar en decapitaciones, y venganzas y mucho menos en impuestos. Porque este lago, según cuenta la leyenda, es una tumba acuática para enamorados.
Y es que “Minne”, también significa “Amor” en flamenco, y debido a la bucólica estampa que ofrece este bello lago es la acepción que más se ha extendido, llegando incluso a tener su propia de leyenda de amores imposibles.

La leyenda está protagonizada por la joven Minna, que en este caso no tiene nada que ver con la protagonista de Drácula, sino con una hermosa joven que habitaba en la zona durante la ocupación romana y que estaba enamorada de un joven de otra tribu llamado Stromberg. Cuando su padre decide casarla con otro hombre, Minna escapa hacia un bosque sagrado de robles en el que, al amanecer, la encuentra su amado, que ha salido en su busca. Pero ya es tarde, ella muere en sus brazos y el decide enterrarla en una hondonada. Después, inunda su tumba rompiendo un dique que contenía las aguas del rio Leie, creando el lago que lleva su nombre: Minnewater.

Pero “Minne” aún tiene un significado más antiguo. Significa memoria, la intuición de un mundo primordial, al recuerdo de la patria perdida del Espíritu del hombre, el recuerdo de la sangre. Y aún hay gente que habla de elfos que habitaron este lugar sagrado antes de ser lago de memoria y recuerdo.
Y así nos quedamos durante unos instantes, antes de emprender el regreso al palacio, contemplando por última vez el reflejo del agua, y creyendo apreciar en lo más profundo del lago los cabellos de Minna durmiendo para siempre entre las algas, o el leve alteo de las respiraciones élficas formando burbujas de magia entre sus aguas.
Dormir entre leyendas: El tesoro del palacio del Conde
Dormir en un palacio ducal del siglo XV siempre es un lujo, pero si además esconde un tesoro auténtico de monedas de oro se convierte en una cita ineludible.

Por eso decidimos hacer del Palacio del Duque de Borgoña nuestra sede de operaciones durante el tiempo en que estuvimos tras los pasos de las leyendas belgas.

La primera sorpresa al llegar a esta antigua residencia de la aristocracia borgoñona fue descubrir que, una vez más, las leyendas pueden convertirse en realidad.
Mucho se había hablado en Brujas de un tesoro oculto en el palacio, pero la realidad vino a confirmar la leyenda cuando los propietarios de este antiguo edificio, hoy convertido en hotel de lujo, el Dukes Palace, decidieron realizar obras de acondicionamiento, entre las que se incluían la remodelación de su maravilloso jardín de tres mil metros cuadrados.
Desde luego, no pensaban encontrarse un tesoro de película, un cofre repleto de monedas de oro, algunas de las cuales pueden contemplarse en el interior del hotel, en unos de los salones de la planta baja.

Pero el verdadero tesoro es despertar entre sus sábanas de hilo, recorrer sus suntuosos salones desayunar con champan y salmón mientras contemplas los mágicos jardines encantados de cuyas entrañas, en lugar de setas, surgen monedas de oro .